
Los sueños son desahogos emocionales en el nivel de la percepción [...] Los sueños son caóticos porque están regidos por tus deseos conflictivos [...] Y mientras lo ves no dudas de que sea real. Mas he ahí un mundo que, aunque claramente sólo existe en tu mente, parece estar afuera. No reaccionas ante él como si tú mismo lo hubieses construido, ni te das cuenta de que las emociones que el sueño suscita no pueden sino proceder de ti. Los personajes del sueño y sus acciones parecen dar lugar al sueño. No te das cuenta de que eres tú el que los hace actuar por tu, ya que, si fueses tú el que actuase, la culpa no recaería sobre ellos, y la ilusión de satisfacción desaparecería...
Estás soñando continuamente. Lo único que es diferente entre los sueños que tienes cuando duermes y los que tienes cuando estás despierto es la forma que adoptan y eso es todo. Su contenido es el mismo [...] El Espíritu Santo, no obstante, aprovecha también el tiempo que pasas durmiendo, y puede, si se lo permites, utilizar los sueños que tienes mientras duermes para ayudarte a despertar".
"Los sueños se desarrollan en un continuo a partir de la verdad totalmente literal o totalmente simbólica. La mayor parte se sitúa en algún lugar intermedio, donde el significado psíquico y el simbólico no sólo pueden encontrarse sino superponerse [...] Toda la base para la interpretación del sueño es que una imagen es un sustituto de otra emocionalmente similar [...] Cada sueño formula una pregunta profundamente significativa, responde esa pregunta y a menudo continúa sugiriendo al soñador cómo resolver el dilema expresado en el sueño".